
Hoy en día, una simple queja de un cliente, un email mal enviado o una hoja de Excel con datos personales puede desencadenar una sanción de hasta 30.000 € o más. La legislación sobre protección de datos para empresas, como el RGPD y la LOPDGDD, no perdonan el desconocimiento. Y, sin embargo, miles de empresas siguen sin saber si están cumpliendo la normativa o no.
El problema: se puede estar incumpliendo la ley sin saberlo
En España, la mayoría de pymes y autónomos sigue pensando que la protección de datos es solo “papel y firmas”. Pero no. El RGPD obliga a tener procedimientos claros, documentos actualizados y respuestas concretas si alguien solicita ejercer sus derechos o si la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) hace una inspección.
En la mayoría de los casos, las organizaciones no son plenamente conscientes del riesgo legal al que se exponen. Cuestiones como el uso de bases de datos sin consentimiento actualizado, la ausencia de protocolos internos o la falta de formación del personal pueden situarlas, sin saberlo, en una situación de incumplimiento que conlleva multas importantes y consecuencias reputacionales.
Una gran parte de las pymes y negocios opera sin ser plenamente consciente del riesgo legal que implica un cumplimiento parcial o erróneo de la normativa. La falta de tiempo, recursos específicos y conocimientos jurídicos provoca que muchas organizaciones perciban el RGPD como un simple trámite burocrático, cuando en realidad exige una aplicación práctica y documentada para evitar sanciones.